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Ramón Irigoyen es autor de 16 libros de obra original. Ha publicado también 15 libros de traducciones del griego antiguo y moderno.
"Descomunal poeta" (Juan García Hortelano)
"Ya era hora, coño, de encontrar una gran prosa castellana, nueva, vieja y eterna" (Francisco Umbral, Premio Cervantes)

Carlos Aganzo visita a Caín

Artículo de Ramón Irigoyen publicado en «Diario de Navarra». Lunes, 4 de mayo de 2015

La presentación del fantástico libro de poemas En la Región de Nod (Reino de Cordelia), de Carlos Aganzo, tuvo lugar en la madrileña Casa del Lector, uno de los edificios del  recinto cultural Matadero Madrid, que cada día, en prestigio, se acerca más al sacrosanto Círculo de Bellas Artes. Presentaron el libro César Antonio Molina, director de Casa del Lector, autor de más de 30 libros y exministro de Cultura; Ignacio Elguero, director de programas de Radio Nacional de España (RNE), director  del programa de poesía La estación azul  de RNE y autor de varios libros;  y el editor Jesús Egido. En la Región de Nod obtuvo el XVII Premio de Poesía Ciudad de Salamanca  convocado  por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes del Ayuntamiento de Salamanca. ¿Y dónde queda la  región de Nod?,  se pregunta el lector cuando va a leer este  libro. Siendo un premio organizado  por el Ayuntamiento de Salamanca, ¿quedará la región de Nod  próxima a la comarca salmantina del Campo Charro o a la  de Peñaranda de Bracamonte, la patria chica de Germán Sánchez Ruipérez (GSR), fundador y mecenas de la Fundación GSR que tiene una de sus sedes en Casa del Lector?

Tras el índice de este libro de 90 páginas, el autor nos aclara con una cita del Génesis, el primer libro de la Biblia, que, tras el asesinato de su hermano Abel, Caín salió por pies y se alejó de la presencia de Yahvé  y se fue a vivir a la región de Nod, al este del Edén. Y precisamente la célebre película Al este del Edén, de Elia Kazan, recrea la historia bíblica de Caín y Abel, los dos primeros hijos de Adán y Eva.

De mi lectura infantil de una historia sagrada nunca he olvidado este supremo diálogo de novela negra entre Yavhé – que en aquella historia sagrada escolar ya se llamaba  Dios y no Yavhé, el nombre hebreo de Dios que leemos en el Génesis – y el asesino Caín. Preguntaba Yavhé con profesionalidad de comisario: “Caín, Caín, ¿dónde está tu hermano Abel?”. Y Caín, sabiamente, como todo delincuente, respondió intentando sacudirse el muerto: “No lo sé. ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?” Yavhé era Yavhé y a Caín no le valió su subterfugio. Y se tuvo que ir a vivir al este del Edén como tantos terroristas de ETA, que tampoco eran guardianes de guardias civiles ni de niños asesinados, se tuvieron que ir a vivir a prisiones del este, del oeste y del sur de su País Vasco natal, para que se les bajaran un poco  los humos homicidas.

La presentación de En la Región de Nod  contó con la excelente actuación musical de Suria Pombo y de Jorge Cebrián.  Carlos Aganzo recitó casi íntegro el libro y nos recordó que todos somos hijos de Caín y también llevamos en nuestro interior a Abel. Ya Jaime Gil de Biedma, de cuyo fallecimiento se cumplen 25 años, nos recordó también en su día que quien se crea un santo que no alberga en su interior egoísmo y crueldad, se engaña a sí mismo.  Y aprovechando el hecho de que el río Pisuerga sigue pasando  por Valladolid, la ciudad donde Carlos Aganzo dirige el diario El Norte de Castilla desde 2009, digamos que Chema Rubio organizó recientemente en la Universidad Complutense un homenaje a Jaime Gil de Biedma en el que, junto con varios poetas  y los músicos Luis Farnox y Ángel  Petisme,  participó brillantemente  Pepe García-Albi, sobrino de este soberbio  poeta catalán que tantos discípulos tuvo y sigue teniendo. También recientemente Chema Rubio presentó en el Ateneo de Madrid Los Poetas de la Senda.  Muestra Internacional de Poesía Contemporánea (1958-2013), una excelente antología de 110 poetas que Rubio ha editado y ha publicado Ópera Prima.

Carlos Aganzo,  galardonado en 2012 con el Premio Nacional de las Letras Teresa de Ávila, autor  de ocho libros de poesía y de varios títulos de la colección de viajes “Ciudades con encanto”, de El País-Aguilar, en El País de Nod, nos ofrece unos versos tan bellos como misteriosos, nacidos de una excelente asimilación de la genial poesía de san Juan de la Cruz. No en vano Carlos Aganzo es miembro de la Academia de Poesía de San Juan de la Cruz de Fontiveros. He aquí cuatro versos espléndidos del fragmento IV dedicado “A mi hija Laura”: “Se iluminan mis ojos / al mirarte pasar sobre la nieve / como una primavera repentina / en mitad del invierno.”

 

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